"Esa necesidad de olvidar su yo en la carne extraña, es lo que el hombre llama noblemente necesidad de amar".
-Charles Baudelaire-

jueves, 13 de mayo de 2010

El Amuleto



Una vez, cuando era pequeño y mis alas aun eran diminutas, caminaba por un bosque junto a mi padre cuando en el suelo encontre una herradura, mi padre me dijo muy animado que aquel objeto traia buena suerte a quien lo encontrase. Yo, un poco incredulo le hice una pregunta: ¿Papa, que es la buena suerte?. Mi padre me miro y un poco pensativo guardo silencio por un instante, justo cuando yo me disponia a reclamar mi ansiada respuesta, mi padre rompio el silencio: Cuando yo era pequeño, me dijo, escuche una historia sobre un hombre, que estaba fuera de su casa, en lo alto de una colina muy bonita disfrutando de un atardecer algo extraño, pero bello. Ese dia ( comienzos de invierno ) no hacia mucho frio pero si estaba muy nublado, mas el sol del atardecer tiño las nubes de un color rojizo digno de ver, el hombre que rodeaba los 50 años nunca en su larga vida habia visto algo tan hermoso, estaba hipnotizado. Sentado en su viejo sillon de mimbre fuera de su casa vio alrededor de una tranquila hora aquel rojo cielo, y sin darse cuenta se quedo dormido. Sumido en el mas hermoso de los sueños en el cual el era un antiguo y poderoso rey de una tierra ya olvidada, daba ordenes a sus siervos cuando algo lo hizo estremecer, un fuerte sonido, este fue tan fuerte que al despertar todo alborotado fue a dar al suelo delante de su amada vieja silla. Sacudio su cabeza un par de veces y entre abrir y cerrar de ojos trato de ver que sucedia, y otra vez, el mismo sonido lo hizo fijar sus ojos en el cielo. No lo podia creer, de aquellas nubes rojas salian incontables rayos como razgauras en el horizonte, era hermoso y a la vez aterrador. El hombre sin pensarlo se puso de pie y se dispuso a entrar a su casa, asustado apuro el tranco y justo antes de cruzar su puerta sintio un calor muy intenso, sus oidos silbaban muy fuertemente; sentia que su cuerpo entero ardia y que se habia convertido el mismo en un ser de luz. Pocos segundos despues estaba tirado en el suelo como muerto. Nadie sabe exactamente cuanto tiempo permanecio asi, pero dice la historia que el hombre desperto con todo el cuerpo entumecido, con los musculos apretados y su corazon muy acelerado; no habia duda, un rayo lo habia golpeado y milagrosamente habia sobrevivido . . . la historia se propago rapidamente, aquellos que lo conocieron solo le hacian una pregunta; ¡¿ como habia logrado sobrevivir ?!. Lo unico que el hombre pudo responder fue: solo tuve suerte.
¿Contesta eso tu pregunta hijo?, si, creo que si papa.
Hasta el dia de hoy sigo pensando en aquel hombre, y me pregunto si la suerte tuvo algo que ver con su milagrosa salvada aquel dia, y pienso si el tambien habia encontrado un amuleto igual al mio. Son pocos los hombres que pueden hacer gala de semejante historia, y si la comparo con la mia la verdad es que su amuleto debe haber sido diferente o quien sabe, tal vez el si creia en el y yo, no. En fin, me encuentro en mi cubil, solo, a oscuras y algo asustado, las nubes me acosan desde hace ya dos dias y mis alas estan algo humedas, las siento pesadas y dudo que pueda volar. Este mes mis plumas son mas blancas que nunca, muestra definitiva de mi madurez; cada vez que abro mis alas se ven grandes y majestuosas, dignas de los mas elegantes ejemplares de mi raza. Pero, una vez mas, maldita sea mi mala suerte, llevo dos dias queriendo volar y los cielos amenazan con ponerme en ridiculo con su infinito poder, ¿que seria de mi si mis hermosas alas se quemaran?, ni pensarlo !. Por otra parte si uso mis piernas para salir de mi cubil podria ser presa de los lobos, ellos parecen no temerle a los rayos, creo que ellos anuncian el comienzo de su celebracion, pero ya van dos dias y tengo hambre, maldita sea mi suerte!, tengo que salir.
Dos dias pasaron ya, me tiento a salir, pero cuidado, los lobos tambien lo han hecho, preparan su gran fiesta ,tienen hambre al igual que yo y solo desean un festin digno de sus grandes barrigas. Esta vez la situacion es mas preligrosa, yo no estoy en mis cinco sentidos, el retumbar de los truenos en mi cueva tapo mis oidos, y aquellos con colmillos cazan incluso de dia. Miro mi cubil, una luz tenue esta entrando, mis paredes pintadas comienzan a verse, unto mis dedos en esa primitiva mezcla de tierra roja y agua, mano empapada me dejo llevar, sin pensarlo mi mano se multiplica en aquella gran pared de piedra, seran los unicos recuerdos que dejare; si alguien alguna vez encuentra mi cubil, podra ver mi bella pared, saludando al que entra y despidiendo a quienes se van, claro esta, y como siempre, si tengo la mala suerte de no regresar.
Y asi pasaste suerte mia, rauda frente a mi, haciendo que el calor estival que ya se fue me haga desear estar en el mar y estirar las alas fuera de mi cubil refrescando la memoria de hace mas un año atras cuando por el embrujo maldito de esa piel color canela te perdi de vista y ya no tuve, nocion de tu existencia...










A Thought to infect you, An idea to perfect you . . .

miércoles, 14 de abril de 2010

Me Atrevo a Decir . . .

Me atrevo a decir que no cuando me preguntan algo.
Me atrevo a decir que si cuando todos han dicho que no.
Me atrevo a decir la verdad aun cuando esto me perjudique.
Me atrevo a decir que soy imperfecto y eso me hace genial.
Me atrevo a criticar hasta lo mas bello y perfecto.
Me atrevo a decir que no me importa lo que diga la gente sobre mi.
Me atrevo a decir que son pocos los que entienden mi verdadera escencia.
Me atrevo a decir que me siento muy bien cuando alguien me dice que soy raro y desagradable.
Me atrevo a decir que amo mis cuatro paredes y que me apesta el mundo exterior a ellas.
Me atrevo a decir lo que muchos no quieren decir.
Me atrevo a decir que casi nadie me cae bien.
Me atrevo a decir que no confio en nadie.
Me atrevo a decir que desconfio hasta de mis dientes, pues ,mas de una vez me he mordido la lengua.
Me atrevo a decir que se amar, pero a mi manera.
Me atrevo a decir que me encantan los vicios y dudo que pueda dejarlos.
Me atrevo a decir que amo la soledad.
Me atrevo a decir que recuerdo haber llorado, pero se me olvido como se hace.
Me atrevo a decir que me cuesta pedir perdon.
Me atrevo a decir que disfruto de la venganza y que quienes digan que no lo hacen mienten.
Me atrevo a decir que he sido deshonrado y he mentido muchas veces en mi vida.
Me atrevo a decir que mi futuro no es mas prometedor que el de las personas a las que critico, de hecho, sera peor.
Me atrevo a decir que cada vez me desiluciono mas de la gente que me rodea y probablemente ellos tambien de mi (pero eso no me importa).
Me atrevo a decir que odio el doble estandar.
Me atrevo a ser realista y que odio a cierta gente soñadora.
Me atrevo a decir que el peor de los errores es mentirse a uno mismo.
Me atrevo a decir que odio las promesas incumplidas.
Me atrevo a decir que jamas sere rico y que no me importa.
Me atrevo a decir que la gente vive sumida en un mundo consumista.
Me atrevo a decir que sin electricidad volvemos a ser animales.
Me atrevo a decir que no creo en fechas comerciales como la navidad o el dia de los enamorados.
Me atrevo a decir que la television en general es un atentado terrorista a nuestro cerebro.
Me atrevo a decir que soy ignorante en muchos aspectos.
Me atrevo a decir que no me gusta pedir favores por que casi siempre la gente espera algo de vuelta.
Me atrevo a decir que prefiero hacer las cosas solo, por que asi me aseguro que se hagan bien.
Me atrevo a decir que hace tiempo me di cuenta de que todos somos una mala copia de una civilizacion extraterrestre superior.
Me atrevo a decir que la ironia es mi mejor arma de defenza y humor.
Me atrevo a decir que la mayoria de la gente pretende sumirse en mundos irreales y pretenden ser felices.
Me atrevo a decir que la mayoria de la gente no podra explotar nunca todo su potencial intelectual por culpa del sistema.
Me atrevo a decir que nome gusta la gente mediocre y conformista.


Me atrevo a decir todo esto aunque a nadie le interese ...





A Thought to infect you, An idea to perfect you . . .